El team building y el coaching sistémico son dos poderosas herramientas que se utilizan en empresas y organizaciones para fortalecer los equipos y aumentar su desempeño. Aunque tienen enfoques diferentes, a menudo se complementan muy bien y cuando se combinan pueden producir resultados sobresalientes.
¿Qué es la formación de equipos?
La formación de equipos se refiere a actividades y procesos que tienen como objetivo mejorar la cooperación y la cooperación en un equipo. La atención se centra en promover la confianza, la comunicación, la cohesión y la eficacia. Las actividades de formación de equipos pueden realizarse tanto en interiores como en exteriores y van desde ejercicios lúdicos hasta debates grupales serios. El objetivo es lograr que los miembros del equipo se conozcan mejor, generen confianza y funcionen como una unidad.
¿Qué es el Coaching Sistémico?
El coaching sistémico es una forma de coaching que se centra en las relaciones e interacciones dentro de un sistema. El sistema puede ser un equipo, un departamento o toda la empresa. En lugar de centrarse exclusivamente en problemas individuales, el coaching sistémico analiza la totalidad de las relaciones y dinámicas que influyen en el comportamiento de los miembros individuales del equipo. Ayuda a reconocer patrones y encontrar soluciones que influyan positivamente en todo el sistema.
La conexión entre team building y coaching sistémico
La conexión entre la formación de equipos y el coaching sistémico radica en su objetivo común: mejorar el rendimiento y la dinámica del equipo. Mientras que las actividades de team building sientan las bases para un equipo fuerte, el coaching sistémico va un paso más allá al analizar y optimizar las estructuras y procesos subyacentes.
Por ejemplo, el coaching sistémico puede ayudar a identificar y resolver conflictos profundamente arraigados dentro de un equipo que pueden no revelarse de inmediato mediante las medidas tradicionales de formación de equipos. Permite a los miembros del equipo comprender mejor cómo encajan en el tejido general del equipo y cómo sus acciones afectan a los demás.
La formación de equipos, por otro lado, crea un entorno ideal para el coaching sistémico, ya que los miembros del equipo ya han creado una base de confianza a través de actividades conjuntas y están más abiertos al cambio y la autorreflexión.
Las ventajas de la combinación.
La combinación de team building y coaching sistémico puede aportar numerosas ventajas:
-
Comunicación mejorada: los miembros del equipo aprenden a comunicarse más eficazmente entre sí y a reducir los malentendidos.
-
Mayor confianza: las actividades de formación de equipos crean una sensación de unión y confianza entre los miembros del equipo.
-
Resolución eficaz de conflictos: el coaching sistémico ayuda a descubrir conflictos más profundos y encontrar soluciones sostenibles.
-
Trabajo en equipo optimizado: comprender los roles individuales y su influencia en el equipo conduce a una mejor coordinación y eficiencia.
-
Incrementar el desempeño del equipo: Un equipo armonioso y que funcione bien puede aumentar de manera sostenible su desempeño.
Conclusión
La formación de equipos y el coaching sistémico son dos herramientas poderosas que pueden trabajar de la mano para mejorar la colaboración y la eficacia del equipo. Mientras que la formación de equipos sienta las bases, el coaching sistémico permite un análisis en profundidad y la optimización de las estructuras y dinámicas del equipo.
Las empresas y organizaciones que invierten en combinar estos dos enfoques suelen ser recompensadas con un equipo más fuerte, que funciona mejor y tiene más éxito. Es importante enfatizar que la implementación de estas medidas no debe ser puntual, sino regular, para lograr resultados sostenibles a largo plazo.